"A los 2 kilómetros, el coche se nos rompió"
- Danel Ayesta
- 25 dic 2016
- 4 Min. de lectura
Germán y Macarena salieron desde La Plata con el objetivo de unir Argentina con México en un Citroën 3cv (1971). A los pocos minutos el coche sufrió la primera complicación; el principio de una aventura por Sudamérica que incluye miles de anécdotas.
Macarena contesta mails mientras saluda a unos huéspedes argentinos, conformes con el trato a tal punto de extender una invitación hacia sus pagos. “Ahora en temporada viene mucha gente”, destaca la mochilera, administradora del Galería Guatapé Hostel, una prestigiosa cadena de alojamientos que funciona en diferentes puntos de Colombia.
En paralelo su pareja Germán, Comunicador Social que no pierde la costumbre de informar, de orientar a los turistas, habla sobre la aventura que significó para ellos llegar a este punto de estabilidad. Todo empezó hace 20 meses, un 7 de abril de 2015. Desde La Plata partieron estos dos jóvenes entusiastas en búsqueda de otra calidad de vida, en un Citroën 3cv modelo 1971. “No estaba en el plan inicial, pero resultó de gran inspiración la familia Zapp, que viaja en un vehículo aún más viejos junto a sus hijos desde hace muchos años”, destacó Germán.
Lo ideal en un cambio de vida tan significativo es arrancar con el pie derecho, sin sobresaltos. Los primeros instantes estuvieron muy alejados de esa realidad tan pretendida por muchos viajeros. “Cuando llevábamos dos kilómetros recorridos se nos rompió el coche. Por suerte enfrente, sí, justo enfrente, funcionaba un taller mecánico”, recodó el platense. A tan temprano tramo, el primer gesto de solidaridad. “Le contamos al mecánico nuestro proyecto y no nos cobró”, agregó el protagonista mientras repasaba fotos de Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, los países visitados al momento en esta travesía.
Tanto Germán como Macarena son personas alegres, de buenas charlas y siempre muy predispuestos a compartir. Ese perfil los hizo sobrellevar esta primera complicación y otras que se repetirían en el futuro. Con mucho esfuerzo, lograron llegar al pueblo centro – oeste de la provincia de Buenos Aires llamado Carlos Casares. De allí es oriunda Maca y aprovecharon esa parada para poner puesta a punto el auto.
El primer mecánico, lejos de mejorar la calidad del vehículo, lo dejó peor. Por suerte, en su vida se cruzó otro tallerista que les dio una solución parcial. “Nos arregló el coche y como atención nos invitó a su casa y hasta nos regaló una bobina”, recordaron ambos, con una sensación que entremezcló nostalgia y alegría. “El coche tuvo muchos desperfectos. Pasamos muchas situaciones que no resultaron malas, sino experiencias”.
En Córdoba el plan inicial llegó a su fin. La pareja, asesorada por especialistas, decidió vender el automóvil y cambiar la modalidad de viaje. “Con el tiempo, me di cuenta que realmente estábamos errados en el plan inicial”, reconoció Germán. El pulgar arriba mantuvo vigente el sueño. “El primer dedo fue a Tucumán, con Luciano en su camión. Recorrimos 800 km y fue muy duro porque el camión se rompió. Hicimos una grata amistad, que de hecho mantenemos a la distancia, y hasta hicimos un tour por Tucumán”.
Siempre para el norte, Macarena y Germán fueron rebuscándosela para obtener el rédito económico que mantenga vigente sus aspiraciones. Acamparon mucho para reducir gastos en alojamientos, continuaron con el AutoStop si bien también apostar a tomar buses de baja tarifa. Vendieron imanes, pulseras, tocaron el cajón peruano, comercializaron fernet en la marcha de la despenalización de la marihuana, vendieron trufas en Bolivia y hasta se animaron a preparar 120 ensaladas de fruta. “En el festival del Ballenato en Colombia, pensábamos hacer un desastre pero solo vendimos 4”, recordaron los bonaerense, de 31 y 29 años, agarrándose la cabeza y reiterando ese fallido. “Por suerte safamos con algunas artesanías, vendiendo 100 mil pesos colombianos”, agregaron.
En Lima, Perú, las bicicletas se convirtieron en su flamante medio de transporte. “Maca no quería, pero aposté por un proceso de convencimiento entre Villazón y Lima que finalmente resultó fructífero”, aseguró Germán y aclaró que el dedo siguió siendo parte del plan. “A veces nos cansábamos, entonces no quedaba otra que insistir con el AutoStop”.
Tras un año y 4 meses de constante movimiento, llegó el turno de reordenamiento, de buscar una estabilidad. En Medellín acertaron con algunos voluntariados y merecidamente, teniendo como bastiones una excelente predisposición y decencia, en Isla del Rosario conocieron a los dueños de la cadena Galería Hostel y lograron ganarse su cariño.
Pronto llegó el desafío de administrar un alojamiento de la cadena en Guatapé, cuya vista se caracteriza por ser la más bella de la zona. De frente, un inmenso embalse de aguas verdes, sumamente claras. A la izquierda, la famosa piedra del Peñón de 740 escalones y poco más de 200 metros de alto. Llevan las riendas de un complejo que alberga hasta 23 personas de diferentes puntos del mundo, con la experiencia y sencillez de gente que supo pasar por varias.
¿El futuro? “Hoy estamos acá pero en marzo planeamos volver a movernos. No sabemos dónde ni cómo. Quizás volvamos a La Plata o continuemos viaje”, concluyeron estos viajeros que difunden su viaje a través de la Fan Page Viaja Locos, que asciende a los 2000 seguidores producto
EN BREVE
Se encuentra en proceso un informe de Guatapé y sus atractivos, con los tips que todo viajero desea recibir.
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